Mitos explicados sobre la vacunación

En las últimas semanas se ha hablado mucho sobre la vacunación contra el coronavirus, eso ha despertado nuevamente el debate sobre si son buenas o no, sobre todo para los pequeños. Si bien no es una preocupación nueva, si carece de fundamentos, puesto que hay decenas de estudios por cada vacuna antes de que sea lanzada al mercado y el proceso de vacunación realizado por pediatras en Puebla en los primeros años de vida de sus hijos, es fundamental para su desarrollo y sano crecimiento, evitar enfermedades que inclusive pueden ser mortales o causar daños severos a largo plazo.

A continuación, vamos a explicar y desmentir algunos de los mitos más comunes que hay detrás de las vacunas. Si aún tienen dudas y quieren saber más sobre las vacunas, comuníquense con su pediatra para una asesoría y conocer cuál es el plan de vacunación que deben seguir sus hijos.

Las vacunas no causan problemas de aprendizaje ni autismo

El autismo es un padecimiento del que los pediatras en Puebla desconocen su origen, pero los médicos tienen claro que no es causado por la vacunación. Las preocupaciones por los trastornos del espectro autista se deben a que suelen detectarse casi al mismo tiempo que los niños pequeños reciben varias vacunas, por lo que es natural que algunos hayan señalado una conexión errónea. Sin embargo, la investigación ha demostrado que esta idea no es verdad.

La idea de que las vacunas causan el autismo ganó impulso internacional después de Andrew Wakefield, autor de un informe falsificado con una afirmación fraudulenta. Desde entonces ha perdido su licencia médica y el informe original que se redactó se ha eliminado.

Más de 1,000 estudios sobre los efectos secundarios adversos de las vacunas concluyeron que no hay vínculos entre la inmunización y algunas afecciones graves que han generado preocupaciones, incluida la diabetes tipo 1 y el autismo.

No hay ningún beneficio por retrasar la aplicación de las vacunas

No hay estudios que digan que retrasar la edad en que se colocan las vacunas sea beneficioso para la salud o una reducción de los posibles efectos secundarios, que tiene un porcentaje muy bajo.

Independientemente del momento en que sus hijos reciban la vacuna, existe la posibilidad de que se produzcan efectos secundarios, como sarpullido o fiebre. Esperar no disminuye el riesgo de los efectos secundarios, solo aumenta el riesgo en la salud al dejar a un niño desprotegido a las enfermedades para las que están diseñadas para protegerlos.

La decisión de no vacunar afecta más que solo a sus hijos

Muchos padres creen que no vacunar a sus hijos solo les afectará a ellos, pero la realidad no es así. Si piensan que las vacunas son para individuos, eso está muy lejos, son también para comunidades. Las vacunas son diferentes de otras decisiones médicas, en que tomar decisiones sobre medicamentos o cirugía solo afecta a su hijo, pero la exclusión voluntaria de las vacunas cambia la seguridad y el riesgo de una población.

Las vacunas les dan a sus hijos un ejército de defensa para combatir las enfermedades, lo que reduce las posibilidades de que contraiga una enfermedad. Al mismo tiempo, también disminuyen las posibilidades de que se enfermen y compartan una enfermedad con otra persona. Ahí es donde tener a todos los niños vacunados se convierte en un interés de salud pública y los pediatras en Puebla intervienen.

Los ingredientes de las vacunas no dañan a los niños

Antes de que una vacuna se aplique a los niños, pasa por decenas de pruebas y estudios. Además, todas las vacunas son monitoreadas regularmente por los organismos de control, como la FDA en EE. UU. o la COFEPRIS en México.

Existe un malentendido sobre por qué y cuántos ingredientes hay en las vacunas. Ya que algunos pueden relacionarse con problemas de salud, no obstante, su uso está totalmente regulado y las dosis están diseñadas para que proteja a los niños y no cause ningún efecto secundario grave.

Tener la enfermedad no es la mejor forma de generar inmunidad

Muchos padres han llegado a pensar que para generar inmunidad es necesario haber tenido la enfermedad. Si bien en algunos casos puede aplicarse, solo se relaciona con enfermedades comunes y estacionales, como la gripe. Las vacunas están diseñadas para ayudar al cuerpo a crear inmunidad a enfermedades que históricamente se han registrado que el cuerpo no genera inmunidad o la genera después de que ha dejado secuelas graves.

Por lo tanto, es cierto que tener una enfermedad viral provoca una inmunización natural contra ese virus, pero una infección conlleva riesgos de complicaciones que en algunos casos pueden ser muy severas. Por ejemplo, los defectos congénitos detectados después de la rubéola o hasta la muerte en el caso del sarampión. Las vacunas crean una respuesta inmune similar a la infección, pero no provocan la enfermedad y, por ende, no conllevan sus riesgos.

Deben vacunar a sus hijos incluso contra enfermedades que no hay en su país

El motivo de que muchas enfermedades ya no estén presentes en un país es debido a la vacunación. Las enfermedades víricas clasificadas como inmunoprevenibles se han eliminado en muchos países o se volvieron poco frecuentes. México cuenta con un sistema de vacunación que ha logrado dar este paso en las últimas décadas y de ahí que sea importante vacunar a sus hijos con un pediatra en Hospital Ángeles Puebla, incluso de enfermedades que ya no están presentes en la población. Ya que, si una parte importante de la población no se vacuna, puede haber nuevos brotes que sean severos y afecten a todos.

Si necesitan saber más sobre las vacunas y cuáles son las que deben aplicar a sus hijos según su edad, acuda con el Dr. Armando Flores Barrera, el mejor pediatra de Puebla, que brinda un trato personalizado y humano a los recién nacidos, niños y adolescentes para resolver sus problemas de salud

Cuida de la salud integral de su hijo, lo hace considerando al niño como un todo, desde el cuerpo, la emoción y su entorno y así favorecer su óptimo desarrollo y un crecimiento óptimo de su pequeño paciente. Llame al teléfono para agendar cita (222) 622 4602 o escriba al correo electrónico dr.armandofb@gmail.com para cualquier duda.

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